Amor mio seguiré soñando con ese día, seguiré pidiéndole a Dios por un momento a tu lado, por una caricia de tus manos, por un beso de tus labios y si Dios no puede concederme ese deseo seguiré deseándote en el silencio de mi alma, seguiré dibujando tu rostro en mi almohada y encontrare la forma en que algún día de esta corta vida se unan tus ganas y las mías en un abrazo tan dulce, tan apretado, que lo triste y lo temido habrán desaparecido para dar paso a la mayor felicidad de mi vida... haberte encontrado en cuerpo y alma.
Mailen Sepúlveda M.
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